El perro es el mejor amigo del hombre y, al contrario, el gato parece más independiente. Eso es un prejuicio: cada uno tiene algo de independencia y de fidelidad. Aunque no responda siempre a todos sus ordenes, el gato es fiel a su territorio y a sus dueños. La clínica veterinaria Eurovet les da algunas explicaciones.
Una adaptación fuera de lo común
El gato se ha adoptado al modo de vida de los hombres y a la vida urbana. Es capaz de ser feliz en un piso, aunque sea muy pequeño. A pesar de su carácter fuerte, es capaz de adaptarse a todas las situaciones, quedándose solo durante horas, o bien viviendo en una granja, tanto en un país cálido o como en un país frío.
El gato es menos sometido a la jerarquía
A diferencia del perro, animal de jauría, el gato ignora la jerarquía. Algunos más que otros: depende de la raza (el siamés), del carácter o de la edad. Sin embargo, cada gato es único.
Se apega, pero de otra manera
Son muchos los ejemplos de gatos que se dejan morir cuando desaparece unos de sus semejantes o una persona cercana. Unos estudios muestran que el gato se apega más a la mano que le da caricias que a la mano que le da comida, lo que demuestra una necesidad de afecto y de contacto. No existe ninguna fórmula para que un gato sea más feliz, la única cosa que se puede hacer es responder a sus comportamientos cariñosos con una caricia, palabras dulces o una golosina: el se lo acordará.
Dr. F. Savary